Ya hemos comenzado el nuevo año y con él un nuevo camino, nuevos objetivos, expectativas y muchas posibilidades por delante…
¿Pero realmente TODOS estamos preparados para ello?
Para muchos, comenzar un nuevo año es sinónimo de motivación y fuerza para el cambio… Sin embargo, para muchos otros es una presión asociada, un recordatorio de que el tiempo pasa y tenemos que cambiar, ser mejores, conseguir más cosas… y yo me pregunto.. ¿Quién dice que tiene que ser así? ¿La sociedad, la cultura, los medios…? ¿Realmente un nuevo año tiene que ser sinónimo de un nuevo comienzo?
Yo creo que no: La decisión de comenzar, de alcanzar nuevos objetivos o de cambiar, es una decisión que no depende de un día o de un momento del año, sino de uno mismo.
Somos libres para elegir cuándo estamos preparados para dar ese paso, y una fecha, una edad o lo que nos diga la sociedad no tiene que dictaminar nuestras decisiones.
Decide tú qué camino quieres tomar, y cuándo te viene bien cambiar de dirección o recorrido.
No creo que existan los mejores o peores momentos para iniciar algo, ya que ese momento lo decides TÚ. Puede que sea la primera semana de Enero, a mediados de Junio o la última de Diciembre… quien decide cuándo comenzar somos nosotros.. No dejemos que la presión de un nuevo año nos quite la ilusión.
El momento perfecto no existe. Nosotros lo creamos.