
¿Por qué me cuesta alcanzar el orgasmo?

Gracias a la visibilización del placer femenino cada vez más mujeres acuden a consulta con el objetivo de aprender a disfrutar de su sexualidad y poder alcanzar un orgasmo.
Ahora bien, ¿qué es un orgasmo? Según Cabello (2010), el orgasmo es una respuesta neurovegetativa que constituye el culmen de la respuesta sexual. El placer se incrementa de forma cuantitativa y cualitativa y comienza una oleada de contracciones en el tercio externo de la vagina que se extiende a los músculos pubococcígeos. Estas contracciones se producen a intervalos de 0,8 segundos (Masters y Johnson, 1976).
Si bien esta descripción es bastante concisa, la vivencia subjetiva del orgasmo de cada mujer puede ser sumamente variable, tal y como queda patente en el informe Hite (1977): “siento un tremendo incremento de la tensión y una deliciosa sensación que no sé describir”, “la sensación física es bellamente atroz”, “noto en mi vagina un placer casi frenético”. Esto hace que el orgasmo sea un fenómeno individual y característico de cada persona.
Visto esto, es fundamental evaluar si existe una causa orgánica por la cual exista imposibilidad a la hora de experimentar orgasmos, o si por el contrario se trata de una dificultad derivada de una de estas dos hipótesis (Ortega y Santacruz, 2019):
- Aquellas de origen primario derivadas del desconocimiento del propio cuerpo y del funcionamiento de los propios genitales.
- Aquellas de origen secundario, en donde existe algún elemento externo causante de ansiedad (anticipaciones negativas, estrés, cansancio, haber experimentado o experimentar dolor durante las relaciones sexuales).
Ya sea por una o por otra, el problema suele verse mantenido por la evitación de los encuentros eróticos (no quedar con la persona que me gusta, evitar irme a la cama al mismo tiempo que mi pareja…), el uso de una estimulación que no favorece que se llegue a un estado de excitación física que permita la experimentación de un orgasmo, el obligarse a tener orgasmos (lo cual genera frustración y un estado fisiológico incompatible con el orgasmo), anticipaciones negativas relacionadas con el encuentro sexual (“va a salir mal”, “otra vez no voy a conseguir tener un orgasmo”), y/o que la mujer se encuentre en rol de espectadora en donde vive el encuentro desde fuera analizando distintas variables del encuentro.
Ahora bien, ¿qué esperar de la consulta?
En este tipo de problemáticas se suelen brindar a la consultante distintas técnicas, entre las que se encuentran las siguientes:
- Educación sexual: centrada fundamentalmente en la anatomía y fisiología de los genitales, la Respuesta Sexual Humana, el aprender a conocer y legitimar los deseos y poder decidir cómo se desarrollan los encuentros eróticos.
- Ejercicios de Kegel: estos ejercicios se realizan para fortalecer el músculo pubococcígeo que está involucrado en las contracciones orgásmicas. Con estos ejercicios lo que se pretende es que la mujer se haga consciente de su musculatura; de cuándo está relajada y cuándo está tensa y de cuáles son esos músculos que se contraen rítmicamente durante el orgasmo.
- Focalización sensorial individual: en donde se realizan exposiciones graduales a los propios genitales y al propio cuerpo con el objetivo de que la mujer descubra aquello que le resulte agradable en todo su cuerpo. Siempre desde un punto de vista exploratorio y de no exigencia.
- Entrenamiento en masturbación: en donde se pretende a través de biblioterapia, testimonios de otras mujeres, vídeos y uso de juguetería, que la mujer pueda experimentar y averiguar aquello que le supone una estimulación óptima.
- Entrenamiento en fantasía o técnicas de crecimiento erótico: con ello se pretende a través de libros o material audiovisual que la persona descubra y aprenda aquello que le excita en el terreno de la fantasía.
- Entrenamiento en relajación: como la respiración diafragmática para favorecer una disminución de la activación fisiológica en aquellos momentos en los que se dé.
- Reestructuración cognitiva: con ella se manejarán anticipaciones y pensamientos que no sean adaptativos para poder ajustarlos y poder desmontar aquellos mitos que pudieran estar presentes.
- Técnicas de manejo de la atención al encuentro sexual: mejorar la capacidad de atención hacia las propias sensaciones y pensamientos placenteros del encuentro.
No obstante, siempre se recomienda pedir ayuda profesional para que se pueda hacer una intervención individualizada y adecuada a cada caso, que le pueda permitir a cada persona disfrutar de una sexualidad sana según sus características personales.
Referencias:
- Cabello, F. (2010). Manual de Sexología y Terapia Sexual. Madrid: Síntesis.
- Hite, S. (1977). El informe Hite estudio de la sexualidad femenina (1a ed.). Barcelona: Plaza & Janés.
- Masters, W., y Johnson, V. (1976). Respuesta sexual humana. Buenos Aires: Intermédica.
- Ortega, M. y Santacruz, D. (2019). La consulta sexológica. Madrid, España: Editorial Síntesis.