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Cómo sobrevivir a una oposición

El estudio de una oposición es un largo y arduo proceso al que muchas personas deciden enfrentarse por las consecuencias tan gratificantes que conseguir una plaza suponen para ellas. A lo largo de este proceso, podemos pasar por diversas situaciones difíciles de manejar. En ocasiones, pensaremos que no podemos continuar, nos sentiremos sobrepasados o angustiados por no saber cuándo llegará el final o si en algún momento conseguiremos lo que nos hemos propuesto. Otras veces estaremos totalmente desmotivados por aquello que queremos alcanzar y nos preguntaremos si es lo que realmente quiero. En esta circunstancia es muy probable que aparezca la idea de abandonar o pensamientos que nos generan malestar y no nos ayudan a continuar en el camino: “nunca lo conseguiré”, “no estoy lo suficientemente preparado”, “estoy perdiendo años de mi vida”. Finalmente, algunas personas pensarán que no pueden más y decidirán abandonar este complicado proceso.

Y es que como sabemos desde la psicología, estar desbordados, sentirnos angustiados o desmotivados, pensar que no podemos más, que no vamos a ser capaces de conseguirlo nunca, renunciar a nuestros proyectos, corresponde todo ello a formas de funcionar que hemos ido aprendiendo en interacción con nuestro entorno a lo largo de nuestras experiencias vitales. Es decir, aquello que sentimos, pensamos o hacemos en un momento determinado es resultado de la forma en la que hemos ido aprendiendo a relacionarnos con el contexto en el que nos encontramos. Por lo tanto, para entender las dificultades que conlleva hacer frente a una oposición y qué podemos hacer para cambiar esa forma de funcionar que nos genera sufrimiento o no nos permite perseguir nuestras metas, primero tenemos que entender qué tiene de particular el contexto de una oposición. Algunas de estas características que cumplen un papel importante en las dificultades que nos podemos encontrar a la hora de embaucarnos en el estudio de una oposición son:

  1. Ausencia de reforzadores inmediatos: los humanos vamos aprendiendo a comportarnos en función de las consecuencias inmediatas que tengan nuestros comportamientos. Así, aprendemos a ser amables con la gente porque conlleva respuestas en los demás que nos agradan o aprendemos a estudiar de niños por lo orgullosos que se ponen nuestros padres cuando lo hacemos. El contexto de una oposición tiene la particularidad de que lo que deseamos obtener por nuestro esfuerzo está muy demorado en el tiempo y ni siquiera tenemos la certeza de que lo vayamos a obtener. Esto hace que nuestra motivación corra el riesgo de caer en picado y cada vez nos suponga un mayor esfuerzo sentarnos en la mesa a estudiar.
  2. Ausencia de control externo a nuestro comportamiento: al igual que aprendemos a comportarnos en función de las consecuencias que nuestros comportamientos conlleven. Las respuestas que anticipemos por parte de nuestro entorno también nos ayudarán a ir guiando nuestro comportamiento. Así, si comparamos estudiar una oposición a ir a una oficina, el hecho de que tengamos compañeros de trabajo o un jefe que supervisa nuestro trabajo nos facilitará comprometernos con nuestras responsabilidades, ya que, de lo contrario, probablemente habría una respuesta indeseada por parte de nuestro jefe. Sin embargo, en el contexto de una oposición, no tenemos a nadie que supervise nuestra implicación en el proceso, por lo que dejar de estudiar no conlleva una respuesta indeseada de nuestro entorno, lo que hace más probable que esto ocurra.
  3. Componente alto de incertidumbre: los seres humanos no estamos hechos para lidiar con la incertidumbre, al contrario, nos genera tranquilidad estar en contextos previsibles, ya que nos permite anticipar lo que puede ocurrir y ajustar nuestro comportamiento a ello. Sin embargo, una oposición es un contexto poco previsible, ya que conseguir aprobar depende de muchas variables que no están bajo nuestro control (las preguntas que decidan hacer, la competencia de las personas que participen, etc.). Esto hace que nos sintamos ansiosos o intranquilos por no saber qué va a ocurrir y si habrá merecido la pena todo nuestro esfuerzo.
  4. Proceso solitario: a diferencia de otras metas o proyectos que nos proponemos a lo largo de nuestra vida, el estudio de una oposición puede llegar a ser un proceso muy solitario que facilite nuestro aislamiento y nos aleje de estar en contacto con otras personas o entornos significativos en nuestra vida. Esto puede repercutir en nuestro estado de ánimo y a su vez en el rendimiento que tengamos.
  5. Ausencia de un lugar de trabajo: por último, el contexto físico en el que nos encontremos nos predispone a sentir, pensar y comportarnos de una forma determinada. Así, en la cocina, es más probable que pensemos en comida o abramos la nevera. Muchas veces cuando estudiamos una oposición lo hacemos en casa, y no contamos con un lugar únicamente dedicado a esa actividad. Esto puede ir en contra de nuestra concentración y de nuestra capacidad de desconectar del estudio en los momentos de descanso.

Lejos de que nuestra intención con este artículo sea desmotivaros de vuestro propósito. Ahora que sabemos cuáles son los obstáculos con los que podemos lidiar, os dejamos algunas ideas que os ayudarán a manejar estas dificultades:

  1. Proponerme objetivos concretos y asequibles: tener un propósito de lo que voy a estudiar hoy me ayudará a enfocarme en la tarea y sentirte satisfecha después del trabajo realizado. Ahora, de nada sirve tratar de planear qué puedo hacer hoy si lo que me propongo no se ajusta al tiempo disponible ni a mi rendimiento habitual, ya que, en ese caso es probable que nuestro interés disminuya al pensar en todo lo que me queda pendiente y experimentemos cierto malestar o insatisfacción al final del día por no haber conseguido lo que tenía propuesto.
  2. Anticipar los beneficios: probablemente tengas claro por qué es importante para ti conseguir esa plaza (conseguir una estabilidad económica, sentirme satisfecho con mi trabajo, tener unas buenas condiciones laborales, etc.). Sin embargo, con la demora del proceso es habitual que todo eso pierda peso en el día a día. Así, tener esto presente (pensar en ello, apuntarlo y tenerlo a la vista, etc.) será una ayuda para seguir adelante.
  3. Programar recompensas a corto plazo: además de esos beneficios a largo plazo necesitamos motivaciones más inmediatas que nos ayuden a realizar las tareas más arduas. Saber que cuando acabe el estudio tengo un espacio para disfrutar de un plan entre amigos o darme un baño relajante repercutirá positivamente en mi rendimiento y motivación.
  4. Mantener a raya las distracciones: las tecnologías están presentes en nuestra vida y muchas veces nos roban esa atención tan necesaria para nuestro estudio. A veces, incluso el propio ordenador hace que nos encontremos abriendo el correo como forma de evadirnos del estudio. Tratar de no tener al acceso esos distractores, apagar el móvil durante el tiempo de estudio o incluso imprimir los apuntes para no tener que depender del ordenador me ayudará a mantener mi concentración.

 

Sin duda, estas solo son alguna de las cosas que puedes hacer para sobrellevar todo lo que supone estudiar una oposición. Sin embargo, no tienen por qué resultar útiles en tu circunstancia particular. Así como cada persona es única, cada contexto también lo es. Por ello, si el malestar o las dificultades persisten o se acentúan, te animamos a que cuentes con la ayuda de un profesional de la psicología. En implica estaremos encantadas de ayudarte.

Candela González

Por Candela González

Psicóloga sanitaria tanto de población adulta como infanto-juvenil, experta en Trastornos del Neurodesarrollo y Análisis y Modificación de Conducta

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